lunes, 30 de diciembre de 2019

CON FEDERICO GARCÍA LORCA: NO A LA TOMA !!!!!

CON FEDERICO GARCÍA LORCA: NO A LA TOMA !!!








Granada Abierta entiende que hay otra forma de conmemorar el hecho histórico del 2 de enero de 1492, sin que nadie se sienta agraviado ni excluido,  y así lo hicimos el pasado 2 de enero de 2016 en la Fundación Euroárabe. Un acto alternativo e integrador, que promueve el diálogo intercultural y en el que podemos participar todas y todos.
Con este acto, hemos rendido homenaje a Federico García Lorca, con motivo del 80 aniversario de su asesinato. Federico fue el poeta del mestizaje cultural que dijo NO a la Toma y hablaba del "negro, el judío, el gitano y el morisco que todos llevamos dentro".  
Con nosotros estuvo la poeta Ángeles Mora que hizo una lectura de versos lorquianos en la que participó el público y Juan Pinilla, en su doble vertiente de conferenciante y cantaor flamenco, acompañado por Manuel Díaz a la guitarra, que nos ofrecieron el mejor flamenco en homenaje a Federico y contra la Toma. Cerro el acto María Martín, cantando el Himno de Andalucía.

Francisco Vigueras, coordinador de Granada Abierta, recordó a otros intelectuales, como Constantino Ruiz Carnero, Américo Castro, Francisco Ayala, Carlos Cano o Tarik Alí, que también se manifestaron contrarios a la celebración de la Toma. 

El investigador lorquiano, Ian Gibson, no pudo asistir al acto por motivos de salud, pero Juan Antonio Díaz, portavoz de Granada Abierta, leyó en su nombre el siguiente texto: 

Palabras para Mariana y Federico
En 1931, al volver a España tras su estancia en Nueva York y Cuba,  Federico García Lorca fue entrevistado por el periodista Gil Benumeya.  Le una declaración extraordinaria. “Yo creo que el ser de Granada –dijo- me inclina a la comprensión simpática de los perseguidos:   Del gitano, del negro, del judío..., del morisco, que todos llevamos dentro”.  De los perseguidos.  Quedaba cristalinamente clara, así,  su opinión sobre las consecuencias de la Toma de 1492. 
Pasaron cinco años.   En junio de 1936, dos meses antes de su asesinato,  hubo otra entrevista.  Esta vez con Luis Bagaría para el gran diario madrileño El Sol.    Contestó, algo insólito en él, por escrito.  “¿Tú crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?”, le preguntó Bagaría-.  “Fue un momento malísimo- respondió-, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza únicas en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una ‘tierra del
chavico’ donde se agita actualmente la peor burguesía de España”.     
Hay que insistir en que son las palabras literales del poeta. Palabras contundentes, cada una en su sitio.  La Toma constituyó, a su juicio, la pérdida para siempre de una civilización incomparable, única, fruto de una insólita mezcla de sangres, idiomas y culturas. Y dio pasó a una ciudad pobre, acobardada. A una  “tierra del chavico” donde se “agitaba” entonces nada más y nada menos que “la peor burguesía de España”.  Es decir, que conspiraba contra la legitimidad republicana. No pasó inadvertida en Granada la entrevista, según me aseguró hace ya décadas Miguel Rosales, el hermano de Luis.  Ni inadvertida ni sin provocar duras críticas por parte de la clase social indicada.     
Se puede afirmar que la Granada que desapareció para siempre en 1492  -“¡ay amor que se fue y no vino! ¡Ay amor que se fue por el aire” -protagoniza la obra lorquiana, aunque ello se no aprecie siempre de modo explícito.  Obra profundamente elegíaca,   creada –y causa asombro- en solo veinte años. Si Granada quisiera un día honrar de verdad a su poeta, el mejor embajador suyo de todos los tiempos, suprimiría como fiesta local la celebración de La Toma, con los elementos islamófobos que la caracterizan,  y repondría, el 26 de mayo,  la de Mariana Pineda, eliminada por el franquismo.    
Recordemos que, de niño en Fuente Vaqueros, Federico participó, según su propio testimonio, en canciones de corro inspiradas por la valentía y el triste sino de Mariana,  y que, al trasladarse la familia a la capital, la estatua en la plaza de su nombre le llegó a fascinar.  Era casi inevitable que un día se le impusiera la necesidad de dedicarle una obra de teatro.  Cada vez que releo Mariana Pineda encuentro más escalofriante el paralelismo de ambas vidas y muertes,  como si el poeta intuyera que a él le iba a tocar una suerte idéntica a la de la  mártir de la Libertad.  “Dicen que es masona” susurra una de las novicias,  y uno piensa en la siniestra delación redactada por Ramón Ruiz Alonso y sus correligionarios de la CEDA. ¿Tratará de salvar alguien a Mariana?  Pedrosa, el juez, está convencido de que no: “No habrá nadie en Granada que se asome / cuando usted pase con su comitiva. / Los andaluces hablan;  pero luego...”  Y, quizás lo más estremecedor, la copla premonitoria entonada anónimamente en el jardín del convento, poco antes de la salida de Mariana hacia el patíbulo:  “A la vera del agua, / sin que nadie la viera, / se murió mi esperanza”.  ¿Cómo no pensar en Ainadamar, “La Fuente de las
Lágrimas”, la Fuente Grande de Alfacar cantada por los poetas árabes de Granada, y en el olivo cercano? 
A Mariana por bordar una bandera liberal.  A Federico por rojo, homosexual,  famoso, rico, protegido de Fernando de los Ríos, autor de Yerma, hijo de liberal, tener ¡una radio clandestina en la Huerta de San Vicente por la cual hablaba con los rusos!, adversario declarado del fascismo y más taras.  Repito:  Si Granada quiere de verdad honrar a su poeta hay que acabar con la celebración  de la Toma,  entender como positiva la mezcla de culturas  y recuperar el tradicional día de aquella hermosa víctima
del régimen dictatorial de Fernando VII, precursor del de Francisco Franco. 
Quería decir esto aquí en persona y pido disculpas por mi ausencia. Espero que el acto resulte muy alentador en vísperas del 80 aniversario del asesinato del poeta y del inicio de la nefasta Guerra Civil cuyas secuelas estamos todavía padeciendo.      
Un abrazo muy fuerte ¡y adelante con ánimo!
Ian Gibson

sábado, 14 de diciembre de 2019

Paseos por Granada musulmana


De Puerta Elvira a San Nicolás, del Albaycín a Plaza Nueva, la Alhambra y el Generalife, entre Puerta Real y El Triunfo, del Campillo Bajo al Alcázar Genil o los alrededores de Granada, son buenas propuestas de paseo para descubrir los más impresionantes vestigios del patrimonio andalusí.

La muralla; las vistas de la ciudad; las estrechas calles y cuestas; los bosques, jardines y palacetes; los cármenes; los mercados del centro; los restos artísticos y la mezcla de culturas, son excusas más que poderosas para adentrarse en los caminos a los que nos invita Granada.


Ruta de los Nazaríes

Sin el reino de Granada, epílogo resplandeciente de la rica historia del Islam en la Península Ibérica, el panorama de la civilización hispanomusulmana quedaría  irremediablemente deformado, incompleto, ininteligible. Esta Ruta se dedica precisamente a los protagonistas de tan importante capítulo, a la dinastía nazarí que acuñó y encabezó el último estado de al-Andalus, cuya trayectoria deparó, además de incontables sucesos de orden político o bélico, realizaciones artísticas y culturales tan grandiosas como la mismísima Alhambra.
Pero el itinerario arranca antes, mucho antes de tocar las excelsas cumbres monumentales de este sultanato postrero que ha sido tomado por ejemplo y recordatorio de la levedad humana, tan sujeto como estuvo a una precaria, aunque fulgurante, existencia. La Ruta se inicia en los puertos de Sierra Morena que comunican Andalucía y Castilla, por donde irrumpió el avance cristiano que, a la postre, resultaría determinante para el nacimiento del reino nazarí. La etapa inicial se sitúa así en las Navas de Tolosa, junto a Despeñaperros, paso crucial de ayer y de hoy entre la meseta manchega y el valle del Guadalquivir, donde se libró la partida decisiva que acarrearía la apertura de Andalucía a las gentes del Norte al derrumbarse el poder almohade que por entonces sostenía la unidad de al-Andalus.
De la situación creada surgiría en Arjona un caudillo, fundador del linaje nazarí, que, tras habilidosas y prolongadas maniobras, logró consolidar un estado propio y establecerse en Granada. El camino de la Ruta sigue las huellas de este proceso que marcó para siempre el paisaje y los pueblos del Santo Reino de Jaén y de las tierras limítrofes de la provincia de Granada, descubriendo a su paso un auténtico paraíso humano y natural. Visita primero las villas fortificadas y ciudades de los escalones de Sierra Morena. Se remansa después en las poblaciones de la campiña occidental de Jaén. Luego toma el rumbo de las lomas orientales del Alto Guadalquivir, por Baeza y Úbeda, para contornear Sierra Mágina y entrar en la capital jiennense. Desde Jaén cubre su último trecho, al hilo de las estratégicas vías de penetración que corren de norte a sur a través de las cadenas serranas y la comarca granadina de los Montes, conectando la cabecera del valle del Guadalquivir y la Vega de Granada donde, al fin, el itinerario se rinde ante su destino.

Más en:

http://rutas.legadoandalusi.es/ruta-nazaries


jueves, 10 de octubre de 2019

¿Sabías que el primer hombre de la historia en volar era andaluz?

Fue Abbas Ibn Firnas, que lo hizo en 875 en #Córdoba, y del que cuentan que lo consiguió durante, al menos, 10 segundos.
 
Un cráter lunar, un puente en la ciudad cordobesa y un aeropuerto en #Irak llevan su nombre.
 

martes, 25 de junio de 2019

Granada en la Historia de al-Andalus


Unos apuntes sobre la Granada Andalusí


Camilo Álvarez de Morales y Ruiz Matas
Escuela de Estudios Árabes (CSIC)

Granada va a estar presente a lo largo de toda la historia de la España musulmana. Como provincia (cora de Ilbira) dependiente de un poder central, primero los omeyas de Damasco y los de Córdoba, como parte del imperio de los almorávides y los almohades norteafricanos, o como reino independiente en dos ocasiones, el último de los cuales, el Nazarí, cerró el ciclo histórico de presencia musulmana en la Península.

La cora de Ilbira
 
Territorialmente fue una de las más extensas de al-Andalus. Sus límites eran al norte la cora de Yayyan (Jaén), al este la cora de Tudmir (Murcia) y el Mediterráneo, al sur también el Mediterráneo y al oeste la cora de Rayya (Málaga) y Cabra. Comparándola con la actual provincia, vemos que englobaba algunas plazas que hoy son de Jaén (Alcalá la Real, Alcaudete, Castillo de Locubín y Huelma), mientras que Baza y Huéscar, actualmente de Granada, formaban entonces parte de la de Jaén. Se incluían en la cora de Ilbira gran parte de las tierras que hoy son de Almería, con excepción de las zona norte de la Sierra de Filabres, que se repartía entre Jaén y Tudmir. Otras dos plazas cambiaban de ubicación, respecto a la división provincial de hoy. Eran Priego, actualmente de Córdoba y entonces de Ilbira, y Alhama, hoy en tierras granadinas y en aquellos años dentro de la cora de Rayya. El centro de la cora lo ocupaban las ciudades de Ilbira y Garnata, esta última por entonces una simple aldea fortificada con una población mayoritariamente judía. En general, se puede decir que en el siglo X la cora estaba constituida por una zona central eminentemente agrícola, con la Vega como máximo exponente, rodeada por tierras de explotación ganadera, situadas, básicamente, en la costa, las Alpujarras y los Montes.

Granada se constituye en reino por primera vez
 
Desde 1013 hasta 1090 Granada fue reino independiente bajo la familia beréber de los Ziríes. Cuando cayó el califato cordobés, en un proceso que duró de 1009 a 1031, el territorio de al-Andalus se fragmentó en diversos reinos independientes, que la historia conoce como Reinos de Taifas. Desaparecido el poder central de Córdoba y con la antigua capital sumida en una terrible guerra interna entre distintos grupos, que acabó con la destrucción y el saqueo de la ciudad y de Medina Azahara, los gobernadores de las principales ciudades de al-Andalus y los personajes más influyentes de la antigua corte omeya se repartieron el poder.
En la antigua cora de Ilbira se asentó la familia Zirí, beréberes norteafricanos llegados a la Península a finales del siglo X. El nuevo territorio pasó a ser reino, cambiando el nombre de Ilbira por el de Granada, por el traslado de la capital del antiguo núcleo al nuevo asentamiento que llevaba este nombre.
En su momento de mayor expansión lo constituía toda la actual provincia de Granada y, además, parte de las de Málaga y Jaén. Los límites los marcaban las proximidades de Baza, Jaén, Málaga y Écija.
Cuatro miembros de la familia zirí ocuparon el trono. El primero fue Zawi ibn Zirí, al que sucedió su sobrino Habus ibn Maksan, a éste su hijo Badis ibn Habus, con el que el reino alcanzó su apogeo, siendo el último su nieto Abd Allah.
El reinado de Badis va a estar marcado por su particular relación con la familia judía de los Banu Nagrella y los sucesos ocurridos con los judíos granadinos. Esta familia tuvo un importantísimo papel en la política y la economía del Reino, creando tensas situaciones que culminaron el 1066 con un levantamiento de todo el pueblo contra ellos y sus hermanos de religión, provocando una gran matanza.
A finales del siglo XI la presión cristiana sobre los reinos taifas obligó estos a pedir ayuda al otro lado del Estrecho, al imperio almorávide, de reciente aparición en el panorama político de su tiempo. Los almorávides vinieron a la Península dos veces entre 1086 y 1088, consiguiendo frenar el avance cristiano, volviendo, por tercera vez, en 1090 para asentarse definitivamente en al-Andalus, eliminando a los reinos taifas e imponiendo su gobierno. El primer reino que ocuparon fue el de Granada.

El territorio granadino durante el gobierno de los almorávides y los almohades

 
Al integrase en el nuevo imperio, Granada albergó a un gobernador almorávide y tuvo un papel importante en las operaciones militares de su época. Tras unos primeros éxitos militares, los almorávides sufrieron varias derrotas a manos cristianas y ello, unido a una relajación de costumbres y al descontento de la población andalusí, condujo a su final. Mientras ocurría todo esto, en el Magreb se empezaba a fraguar un nuevo imperio, el almohade.
Los almohades llegaron a al-Andalus empujados por su afán expansivo y llamados por los andalusíes ante la ineficacia de los almorávides en su lucha contra el avance cristiano. Se puede considerar que ya desde 1146 la Península estaba ocupada por los almohades, aunque Granada se mantuvo a favor de los almorávides hasta 1156, en que, viéndose aislada, se entregó.
Durante el período de dominación almohade, como del almorávide, pocas son las noticias que tenemos relativas al territorio granadino, pero hay que resaltar que Granada siempre fue tomada como base de operaciones norteafricanas en el dominio y control de la zona nordeste peninsular.

El Reino nazarí
 
Tras la marcha de los almohades de al-Andalus, en 1228, siguió un breve período de lucha entre varios señores musulmanes por la hegemonía de lo que quedaba de territorio islámico. Uno de los personajes que más sobresalió fue Muhammad b. Nasr, sublevado en 1232 en Arjona. Tras un pacto de vasallaje con Fernando III el Santo, se consolidó en 1237 como soberano y fundador de la dinastía nazarí de Granada, último bastión musulmán de la Península, con categoría de reino. Fue la segunda vez que Granada ostentó este título.
El Reino nazarí, abarcaba las actuales provincias de Granada, Málaga y Almería, además de algunas áreas pequeñas de Cádiz y Jaén. El número de gentes que habitaban aquellas tierras se calcula en unas 300.000. Los grandes núcleos urbanos eran Málaga, con 20.000 habitantes, Almería, con 9.000 y Guadix, con una población que oscilaba entre 6.000 y 10.000 habitantes. Granada, la capital, tenía 50.000.
Desde los primeros años de su existencia hasta su desaparición en 1492 en su historia los periodos de paz alternaron con otros en los que las tensiones estuvieron presentes, formando parte de un cuadro de luchas internas y externas. En el exterior hizo y deshizo alianzas con Castilla, Aragón y los benimerines de Marruecos, unas veces amigo, otras enemigo de cada uno de ellos, buscando su supervivencia. En el interior, se vivieron graves situaciones provocadas por las intrigas cortesanas, instigadas y mantenidas por las familias poderosas, con los Abencerrajes, los Comixa, los Alamines y los Venegas, como más representativos, que subían al trono o lo arrojaban de él a los soberanos según sus intereses. Eran situaciones alentadas por Castilla en algunos casos, porque favorecían su relación con Granada. Varios soberanos reinaron en dos ocasiones distintas y uno, Muhammad IX, lo hizo en cuatro.
Fueron veintitrés los sultanes de Granada. Trece llevaron el nombre de Muhammad, cinco el de Yusuf, dos el de Ismail, uno el de Nasr, otro el de Sa`d y otro el de Abu l-Hasan Ali. Algunos han sido más conocidos por un nombre distinto al que le correspondía oficialmente, siendo los más destacados los de Abu l Hasan Ali, conocido generalmente por Muley Hacén, que corresponde a la expresión árabe mi señor Hasan, y su hijo Muhammad, el tan conocido Boabdil, equivalente a Abu `Abd Allah.

La última guerra civil y el fin del reino
 
La última guerra civil del Reino nazarí de Granada se desarrolló entre 1482 y 1489. Los protagonistas directos fueron, por un bando, Muley Hacén y su hermano El Zagal, y, por el otro, Boabdil, hijo de Muley Hacen, que en 1482 huyó de Granada y se rebeló contra su padre. Mientras, seguía la lucha contra los Reyes Católicos, al fin los beneficiados de esta situación.
La muerte de Muley Hacén en 1485 hizo que sus partidarios reconocieran como soberano a El Zagal, que, al mismo tiempo que luchaba contra los cristianos, siguió su enfrenamiento con Boabdil. Instalado el primero en la Alhambra y el segundo en el Albacín, por las calles de Granada corrió la sangre de sus habitantes alineados con uno u otro.
No pudiendo mantener los dos frentes, El Zagal se entregó a los Reyes Católicos en 1489, quedando como único soberano Boabdil. La postura de éste fue siempre ambigua. Una política de vasallaje con los Reyes Católicos, que arrancaba de los primeros momentos de su reinado, le llevó a una situación de alianza con ellos, en los que las víctimas fueron los granadinos.
La figura de Boabdil presenta un triste análisis. A lo largo de su reinado participó más activamente en su lucha fratricida que contra los cristianos, y en las contadas ocasiones que lo hizo contra estos siempre fue derrotado. Por sus intereses personales comprometió la suerte de su reino en provecho de los Reyes Católicos, sintiéndose más obligado a cumplir sus pactos con ellos que con los musulmanes de sus tierras, a los que traicionó varias veces. Mal visto por sus contemporáneos, de uno y otro bando, juzgado culpable por los alfaquíes, entregado a voluntades ajenas, los granadinos más motivos tuvieron para reprocharle que para agradecerle. A finales de 1491, a espaldas de los habitantes, pactó con los monarcas cristianos la entrega de la ciudad, que se hizo efectiva el 2 de enero de 1492.
Así terminaba la presencia de territorios musulmanes con dominio efectivo y oficialmente reconocido sobre tierras de la Península.

lunes, 10 de junio de 2019

Granada, la joya Nazarí, "la ciudad más bonita de España".


Granada recibió el galardón que la convierte en la ciudad más bonita de España de 2016 concedido por los internautas del portal sobre turismo nacional 'Sitios de España', sin duda su patrimonio Hispano musulmán y su esencia Andalusí, siguen siendo como hace 1000 años la belleza e identidad de Granada.

'Sitios de España', portal dedicado a acercar a los ciudadanos los espacios más atractivos, aplaudidos y visitados de España, organiza anualmente un concurso para conocer las preferencias y sugerencias del turismo nacional. Granada resultó elegida frente a ciudades como Sevilla, Tarragona, Burgos, Barcelona, Segovia, Cuenca, Cartagena o Córdoba, ciudad que llegó a la final, pero sobre la que se impuso con 39.456 votos.

El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, ha agradecido hoy durante la celebración del acto el respaldo que los internautas mostraron a la candidatura de Granada gracias a los que "volvemos a ser un lugar admirado y reconocido en toda España".

Para el máximo responsable municipal, "este galardón es un motivo de orgullo para todos los granadinos, a la vez que también conlleva una enorme responsabilidad, en la medida en que nos obliga a continuar apostando por la excelencia turística".

domingo, 14 de abril de 2019

Homenaje a la República Española en Granada



Hoy las Asociaciones por la #MemoriaHistórica han homenajeado a las mujeres y hombres represaliados y asesinados por defender la libertad y la democracia.

88º aniversario de la proclamación de la II República. #14deAbril